Un seiscientos

Ese fue el vehículo en el que pasé mis últimos momentos antes de ver la luz en el ascensor paritorio del Hospital Virgen del Rocio de Sevilla.

No soy de esos a los que le preocupa cumpliar años, al igual que no preocupé cuando ví que mi flequillo me abandonaba… Desgraciadamente, por motivos laborales no he podido disfrutar de la compañía de mis familiares y allegados aunque si he podido brindar con mi grupo de alumnos de Madrid.

También quería hacerlo con vosotros… y de paso os deseo a todos unas felices fiestas.

Gracias por seguir pasando por este humilde blog.

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