Es imposible tener éxito empresarial y caer bien a tod@s

«No conozco la clave del éxito, pero se que la clave del fracaso es tratar de complacer a todo el mundo»

Woody Allen

«No inventéis, copiad. Dejad la innovación para los genios, si veis que algo funciona, copiadlo.»

Así de tajante y así de claro se muestra Emilio Duro en su magistral charla sobre optimismo  e ilusión que acumula millones de reproducciones en Youtube. Y no le falta una pizca de razón al bueno de Emilio. Tampoco a la frase de Woody Allen con la que inicio este post. La gran mayoría de emprendedores idealizamos nuestro futuro empresarial y profesional con optimismo; nos imaginamos siendo admirados y queridos por nuestros trabajadores, clientes, proveedores. Recibiendo el apoyo de nuestros amigos, familiares ¡Qué equivocados estamos!

Como dice el genio de Woody Allen, es imposible, realmente imposible tener éxito y complacer a todo el mundo.

¿Por qué pensamos así?

Lo desconozco. Pero lo cierto es que el ser humano está preparado para dar y recibir buenas noticias y no para lo contrario. Cuando contratas a una persona, eres feliz. Pero porque no piensas lo duro que puede llegar a ser el momento de comunicarle que no puede continuar trabajando contigo. Estamos preparados para captar nuevos clientes, pero ¿para terminar la relación con ellos? Estamos preparados para dar y compartir las buenas noticias, no para las malas. Creo firmemente que el crecimiento empresarial viene de la mano de saber gestionar este tipo de situaciones para las que es casi imposible preparse y, claro está, asimilarlo. Aprender a convivir con ellas y conseguir dormir cada noche con la consciencia tranquila.

Resulta curioso, pero todas las personas que tienen éxito, por muy diferentes que puedan ser sus actividades, coinciden en estos patrones que el polémico Donald Trump llama «las reglas del éxito»:

Resulta poco alentador ¿verdad? Pierdes amigos, dinero, sientes dolor, llorarás… seguro que no has pensado en nada de esto cuando te lanzaste a emprender. Pero incomprensiblemente, somos muchos los loc@s que nos «liamos la manta en la cabeza» y emprendemos.

¿Por qué sucede todo esto? ¿Por qué no podemos tener éxito y caer bien?

La respuesta, en mi opinión está en la ilusión del iceberg.

Hace tiempo escribí que el éxito de una empresa es cuestión de prioridades. Llega un momento en el que te cansas de perder dinero por mantener en tu plantilla a un amigo o familiar que te cae muy bien. El sacrificio, la incertidumbre y las decepciones así como cada error que cometes te ofrecen lecciones que, aunque estén en los libros, no vas a aprender sino  las sufres en tus carnes.

Las personas que tienen éxito no caen bien porque toman decisiones.Y estas no siempre son del gusto de todos.

Todo ello, algún día merecerá la pena… o eso dicen. Los ejemplos son abundantes querido lector. No innoves, no existe profesional o empresario de éxito que sea «buena gente» y que «caiga bien» a todo el mundo. Copiemos a los genios, fijemos nuestro objetivo y tomemos las decisiones necesarias para conseguirlo desde la ética que nos aporte nuestras conciencia.

Ese día, es muy probable que te sientas plenamente identificado con Woddy Allen, Steve Jobs, Walt disney… o ¡Will Smith!

 

 

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