4 consejos para tu crecimiento personal y profesional (que no me has pedido)

Desde hace tiempo estoy viviendo un proceso importante de transformación a nivel personal. Un «reseteo» necesario para recuperar la esencia de lo que uno es y superar aquello de lo que el día a día, la rutina y esa jungla a la que llaman el mundo de la empresa y los negocios te lleva si no eres capaz de ver que la vida no es buena ni mala, simplemente es.

No voy a mentirte. En este proceso he sido acompañado y orientado por grandes profesionales que me han ayudado a encontrar luz, en una mente que cada vez estaba más apagada.

Si hiciera lo que los profesionales del posicionamiento en buscadores llamamos un «Keyword Research», este proceso de transformación arrojaría términos como: «coherencia, escucha, responsabilidad, perdón, influencia, manipulación, amor, respeto y un amplio etc..» que me está permitiendo alcanzar la sensación de plenitud que necesitaba para afrontar el día a día con una sonrisa en la cara agradeciendo lo mucho que la vida me ha dado hasta ahora.

Hay una pregunta que todos hemos realizado o respondido en algún momento. ¿Qué es lo que quieres de la vida? Todos sabemos la respuesta.

La mayoría responderíamos «ser feliz».

Sin embargo, la felicidad es tan deseada como ambigua.

Hay quien lo tiene todo y no es feliz; sin embargo hay quien apenas tiene nada y expresa la mejor sonrisa que puedes ver.

Sobre esta base me gustaría plantearte cuatro consejos que no me has pedido, pero que estoy seguro que te ayudarán a encontrar tu anhelada felicidad, sea lo que sea la felicidad para ti.

  1. Diferencia lo que deseas de lo que necesitas

Seguro que has escuchado esta frase: «No es más feliz quien más tiene, sino quien menos necesita». Nunca algo tan sencillo tuvo tanta importancia en mi forma de asumir los golpes que la vida te va a dar sí o sí.  No es lo mismo perder algo que necesitas a algo que deseas. Si esto lo conectas con el día a día, desbloquearás muchos obstáculos que te permitirán conseguir aquello que quieres.

Por ejemplo, si estás negociando con un cliente un acuerdo, quién más cede es quién más necesidades tiene de que dicho acuerdo se lleve a cabo. Por eso es importante que marques la diferencia entre lo que forma parte de una necesidad y un deseo. De esta manera marcas tus propias lineas rojas y sabes hasta qué punto aquello que sucede, tiene o no verdadera relevancia.

Qué necesito: familia, salud, hogar, trabajar en lo que me gusta, etc.

Qué quiero: Un buen coche, una buena casa, crecimiento de mi empresa, vacaciones, dinero.

Si salvaguardas lo que necesitas, creas el camino para conseguir lo que quieres.

No conviertas lo que quieres en una necesidad y serás libre para decir «NO», para potenciar tu capacidad de negociar y para conseguir tus objetivos.

2. Sé coherente: Lo que dices debe ser igual a lo que haces

Esto es muy llamativo y te invito a que lo pruebes con tu entorno social. Analiza si aquello que predican realmente lo están aplicando en sus actos. En más de una ocasión, amigos y clientes se han quedado a cuadros cuando he expuesto situaciones en las que su mensaje va radicalmente en contra de sus actos. Para mi una persona que tiene la capacidad de ser coherente es una persona íntegra. Puedes estar o no de acuerdo con ella, pero una persona que actúa tal cual se expresa genera confianza, seguridad  e influencia.

Uno de los grandes problemas del liderazgo hoy en día es, que muchos líderes no aplican con coherencia su mensaje. Si dices que tu empresa va bien, no es coherente que tengas una web obsoleta o cutre. Si te pones a dieta porque quieres llevar una vida saludable, tu «mensaje no se sostiene» si vas apestando a tabaco.

Una persona incoherente es una persona desequilibrada. El nivel de incoherencia marca el nivel de riesgo y salubridad de la relación que tengas con ella.

3. Rodéate de personas que te hagan sentir bien

Dicen que «somos la media de las cinco personas con las que más tiempo pasamos». No sé hasta que punto esto es cierto. Pero de lo que no tengo duda es de que en esta vida, nos relacionamos  con personas interesantes y personas interesadas. Yo te recomiendo que intentes pasar el mayor tiempo posible con aquellas que te aportan algo y con las que te gusta compartir tu experiencia y tu tiempo. Vas a identificar a esa persona interesante porque te sientes bien con ella. No te incomoda, no persigue continuamente «algo a cambio» del tiempo o dedicación que te ofrece. Personas que te muestren un afecto real. Que te hagan ver que tu felicidad y éxitos son motivos de alegría para el/ella. No es necesario que las pongas a prueba. Tu capacidad de observación juega un papel crucial. Analiza lo que pasa cuando te relacionas con los demás, no des nada por sentado y piensa si realmente esa sonrisa, abrazo o piropo persigue que te sientas bien; o una contraprestación.

Es en los momentos más difíciles cuando tienes la mayor facilidad de identificarlas.

Tener la capacidad de identificar una persona interesante de una interesada te va a permitir eliminar a las personas tóxicas de tu vida. Vas a crear una atmósfera que te hará sentirte bien y facilitará una actitud positiva en tu día a día que te va a permitir crecer en todos los ámbitos.

4. Controla lo que piensas

No hay duda de que la mente humana es la herramienta más sofisticada que existe. Es sorprendente lo que podemos llegar a hacer a través de ejercicios básicos con nuestro pensamiento. Está de sobra demostrado.

Una de las grandes palancas de cambio en mi proceso de transformación ha sido la mejora en la capacidad de controlar mis emociones. El ser humano es un ser emocional. Controlar tus emociones te permite tener el control de la situación y disponer de la solvencia que necesitas para solucionar problemas de tu día a día.

¿Qué es una emoción? un estado al que nos lleva un pensamiento. Entonces ¿Cómo controlo mis emociones? la respuesta es evidente, controlando nuestra forma de pensar. Tan fácil como complejo según el caso.  Piensa en positivo siempre que la situación te lo permita. La proactividad es fundamental, no esperes a los acontecimientos, créalos tú.

Soy consciente de que el hecho de pensarlo no lo consigue. Pero este punto, agregado a los tres anteriores crea el entorno y ecosistema ideal para que puedas alcanzar aquello que deseas.

En resumen, este año que se nos ha ido me ha enseñado que cada uno de nosotros somos el cambio que queremos ver en nosotros mismos y en los demás.

Te invito a que lo pongas a prueba, te sorprenderás de los resultados.

¡Feliz 2019!

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